Llega la Navidad y eso viene ligado irremediablemente a otro concepto: el consumismo. De hecho, es poco posible a día de hoy imaginar en una sociedad occidental desarrollada una Navidad sin que vaya ligada al consumo. Lejos quedó aquella época donde las reuniones familiares, cantar villancicos, visitar belenes y otras tradiciones primaban en esta época del año, ahora todo gira en torno a dos días: Navidad (25 Diciembre) y los Reyes Magos (6 de Enero) y por un motivo: los regalos. Toda una avalancha de juguetes y otros objetos para los más pequeños.
¿Qué de,os hacer contra los gastos de la compra y las luces?
Lo que podemos hacer contra la compra excesiva de regalos:
- Reducir los momentos en los que se realizan regalos (a lo largo del año, por ejemplo, para darle más valor a los de Navidad) y recuperar el valor del factor sorpresa.
- Recuperemos también el valor simbólico
de los regalos, los regalos manuales que carecen de valor económico
pero desarrollan la creatividad entre otras cosas.
- Otra opción es planificar las
navidades con una serie de actividades lúdicas en las que la familia
comparta con los más pequeños diferentes proyectos y, a su vez, tiempo.
Lo que podemos hacer para no gastar tanta luz en Navidad es:
Muchas personas nos sorprendemos y quejamos cuando tenemos que pagar
grandes cantidades de dinero por la electricidad que usamos en nuestras
casas y pensamos que nuestro consumo es menor al que marca el recibo. Lo
que no tomamos en cuenta muchas veces es el tipo de aparatos que
tenemos en nuestros hogares y la manera en que los usamos.
Como en Navidad:
- Lo que podemos hacer es:
En vez de tener todo el día las luces del arbol de Navidad todo el día lo podemos poner un rato por la mañana y otro por la noche, o el santa Claus que
cuelga de las terrazas no tenerlo encendido por el día y tenerlo por la noche.
